Los cables de telefonía reivindican su derecho a transportar palabras, que a veces son de amor y no simples discusiones o cotidianos saludos. Las ramas de los árboles afirman que no quieren oir más sandeces, que las dejen extinguirse en paz y que los chopos, en su altitud, ya no se hablan con nadie.
2 comentarios:
Me gusta esta mirada que se enreda hacia lo alto. Tiene algo que no se deja atrapar del todo.
Me gusta tu manera de mirar.
Un abrazo
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