Fue la llamada de Fernanfotos (su blog aquí) y su insistencia la que me empuja a mostrar esta serie sobre el yate en el que el dictador Francisco Franco pasaba sus vacaciones. Las fotos fueron tomadas un tarde calurosa, muy calurosa, del mes de agosto de 2010, pero la historia comienza mucho antes. Como a muchos de mi generación el fantasma del franquismo nos persigue: padecimos la educación de los últimos años de la dictadura pero no teníamos la suficiente edad para luchar contra ella, todo lo más para gritar en el recreo: “amnistía, libertad, no queremos estudiar” (mientras una parte del claustro se mosqueaba, la otra sonreía: ¡estos guajes!...jeje...amnistía libertad...). Conocí el Azor en el NODO. Nos volvimos a cruzar cuando Felipe González lo utilizó para pasar unas vacaciones en 1985. En los noventa el barco de marras navega sobre las letras de un artículo del recordado Eduardo Haro Tecglen (artículo aquí) coincidiendo con la decisión de Patrimonio Nacional de subastarlo. Pasaron los años y en 2007, en una vista al MUSAC, conozco la obra de Fernando Sánchez Castillo titulada “Abajo la inteligencia” que incluye –entre otras piezas- el mástil y los bancos del Azor. (entrevista sobre la expo aquí) Es en ese momento cuando empiezo a plantearme la posibilidad de ir a Burgos a ver el yate. Una y otra vez la desidia impide el viaje hasta que una noche de domingo veo en La Sexta un excelente reportaje en el programa de Jordi Évole (vídeo de Salvados aquí). Ahora sí: hay que ir a Burgos. Pues tampoco. Al final es el azar el que me lleva al Azor. Olvidar que el Azor estaba en un pueblo de Burgos llamado Cogollos sería de estúpidos, y aquella calurosa tarde de agosto de 2010, a la entrada de Burgos un cartel en la autopista (a la derecha, por supuesto) indica: Cogollos. Hay que parar. Hay que parar, hay que parar. ¿A qué? me preguntan. Ya lo veréis. Y ante nosotros aparece el Azor.
Hay otra parte de la historia que quiero contaros. Hace tiempo, con las fotos en la mano, le pedí a mi amigo y agitador Casimiro Palacios (su blog aquí) que escribiese un relato, sin embargo -otra vez la desidia- nunca le mandé una copia de las imagenes. (disculpas).
Y sobre la historia del Azor desde que fue subastado y comprado por un indistrial burgalés, hasta la nueva intervención de Fernando Sánchez Castillo hay abundante información en internet.
6 comentarios:
La serie merecía ver la luz, y más ahora que el "AZOR" ya no volvera a volar. En cuanto a Casimiro, ya no tienes disculpa, las fotos estan a la vista y esperamos el relato.
Los signos del franquismo comparados con los signos de la dominación de la opulencia que vino años después parecen casi ingenuos, con un cierto aire feudal, aunque aquella dominación no tuviera nada de ingenua, por supuesto. Es cierto que para nuestra generación es algo incrustado como una sombra que se desvaneció pronto pero que tal vez porque no alcanzámos a entenderlo del todo sigue ahí, incrustada. Los caminos que nos devuelven a la infancia son inescrutables y "azorosos".
Recojo el guante en esta red y veré lo que puedo facer, tendré que dir al astilleru que tenemos en Helen Trego a documentame, jajajajaja.
¡Que buena serie!
Ahora haber qué encuentra Casimiro en el astilleru.
Buen trabajo de fotos y de documentación. Me pregunto lo siguiente: ¿Dentro de unos años las casas y regalos de los representates políticos pasaran a la historía?
ola
¡dl barco dl pachu nun nos moveran¡¡¡,ILUSOS KE FUIMOS Y SOMOS AL PENSAR KE UNA VEZ MUERTU EL PERRU AKAVASE LA RABIA...
un saludu ta llueu
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