26 de enero de 2011

el dorado

5 comentarios:

Luis Calle dijo...

Cada día hay mas buscadores de oro... dentro de poco, una vez agotados los ahorros y una vez desprendidos de la nostalgia que acompaña a las joyas vendidas pasará como en El Dorado: agotado el filón todo será un pueblo fantasma (por lo menos para algunos)

Elena dijo...

Debe ser muy dificil desprenderse de algunas piezas que seguro lo importante es su valor sentimental, pero ante la necesidad!! Me gusta la foto porque ese cartelito destaca en esa calle lago tristona, luego el mensaje que pretendias obtener ha sido un éxito. Un abrazo.

Mariluz dijo...

¡Dinero al instante!
Atractivo reclamo.

JAS dijo...

Buen detalle Roberto ,pero digo yo....no todo es oro lo que reluce

Francisco J. Lauriño dijo...

De esta foto me gusta, sobre todo, la sensación de frío, incluso de soledad y aislamiento, que transmite. Independientemente del letrero del oro, que es una magnífica referencia en primer término y que marca perfectamente la perspectiva y cuyo color contrasta con el resto de colores, esa calle fría, esos personajes que están pero que es casi como si no estuvieran (la calle los absorbe de algún modo), forman un conjunto con algo de inquietante. Tal vez el efecto del teleobjetivo tenga que ver con todo ello.